La antigua calle del rey Carlos II siempre fue protagonista en Londres, sea como centro bohemio, reducto hippie, barrio punk o lo que es hoy : el paseo de compras de ricos, nobles y famosos.
Una calle protagonista
Londres logró pasar de ser la capital de imperio británico a convertirse en una ciudad llena de inmigrantes que se sienten como en casa, sin perder un ápice de sabor local. Aunque en la ciudad ya no se vea a nadie pasear con traje de Príncipe de Gales, paraguas y bombín, en ella conviven en total armonía hindúes, pakistaníes, tailandeses, sauditas y mexicanos, y aún conserva su impronta tradicional, que hace que uno sepa que no podría estar en ninguno otro lugar, sino en la ciudad del Big Ben , donde la banda militar toca canciones de los Beatles en el cambio de guardia.
¿Qué tiene Londres que no tenga otra ciudad? En primer lugar, es tremendamente verde, aun en pleno invierno. Hay parques y jardines a cada paso. Las calles son siempre arboladas y proliferan los puertos de flores. En segundo lugar, es una ciudad a escala humana: los edificios son accesibles, puertas y ventanas son pequeñas, y hasta los department stores (grandes galerías comerciales) tiene proporciones que invitan a recorrer cada rincón, sin abrumar al paseante con dimensiones faraónicas. En tercer lugar, Londres siempre huele bien. Desde los stews (guisos) del mediodía, pasando por los pastries del five o´clock tea, siempre hay un aroma tentador que nos invita a probar algo. En tercer lugar, a las siete de la tarde hay que entrar a un Pub a probar uno de los cientos de tipos de ales ( cervezas ) que relajan del ajetreo del día. Y además, en ninguna otra lugar del mundo hay una calle con tanto encanto y tanta historia como King´s Road, la calle más exclusiva de Chelsea, el barrio más fashion de la ciudad más cara del mundo.
The King´s Road siempre tuvo algún tipo de reputación especial que la distinguió del resto de Londres. La calle corre paralela al Támesis, desde Sloan Square ( a metros de Victoria Station , y a pasos del Palacio de Buckingham) hacia el sudoeste hasta World´s End - el Fin del Mundo- antes de convertirse en New King´s Road cuando el Putney Bridge . Debe su nombre a que era la carretera privada que usaba el rey Carlos II ( ver recuadro) , para ir del Palacio St James hasta el palacio de Hamptons Court- inaugurado por Enrique VIII- pasando por The Kew, o Reales Jardines Botánicos . El palacio St James fue residencia de los reyes hasta que un incendio en 1809 lo destruyó, por lo cual el rey George III debió mudarse a Buckingham House, mudanza que la reina Victoria oficializó en 1837 convirtiendo a Buckingham en Palace. Ahora, St James se usa solo para bodas y recepciones reales.
Con el paso de los siglos, King´s Road se hizo famosa por ser la columna vertebral de Chelsea, un barrio de rica historia. Su nombre viene del antiguo asentamiento sajón Cealchyoe, que significa “puerto de tiza”, elemento abundante en la región al que le debe Inglaterra su nombre latino de Albion , “ blanca” , ya que lo primero que se divisa al llegar a Inglaterra por mar son los blancos acantilados de Dover, ricos en piedra caliza (tiza).
Antiguamente en Chelsea había una mansión campestre adquirida por Enrique VIII en 1536. Allí vivieron dos de las esposas del rey, entre ellas la princesa Isabel ( quien luego seria Isabel I) . Otro vecino célebre fue San Tomás Moro- el único abogado mártir, proclamado santo patrono de los gobernantes y de los políticos en 2000. Una estatua recuerda al notable autor de la palabra Utopía, cuya valiente enfrentamiento con el totalitario Enrique VIII lo llevó a la historia…a costa de ser decapitado.
En el siglo VII, Chelsea empezó a llenarse de palacios cuyos dueños querían vivir cerca del rey. Sin embargo, al estar aún en las afueras de Londres se la consideraba como el “mercado jardín” de la ciudad. Recién en el siglo XIX la ciudad fue absorbida por la capital, y su calle principal perteneció a la burguesía. Con el tiempo fue invadida por artistas que le dieron un carácter bohemio a principios de nuestro siglo. King´s Road pasó a ser el barrio hippie en los ´60, eñ reducto punk en los 90 , la zona de los elegantes hipsters – artistas de vanguardia- luego, para ser hoy una calle con lo mejor de la moda europea. Siempre fue un barrio bohemio lleno de pintores, como J.M.W. Turner, James McNeill Whistler, William Holman Hunt y John Singer Sargent. Vivieron aquí escritores como Jonathan Swift George Meredith, Algernon Swinburne, Leigh Hunt, Virginia Woollf o Thomas Carlyle, cuya casa en 24 Cheyne Row data de 1708. La casa de la famosa actriz shakespeareana Ellen Berry está marcada con la típica placa azul que marca los sitios históricos. En el cementerio de la Vieja iglesia Todos los Santos en Chelsea yacen más vecinos prestigiosos como Sir Hans Sloane (1753)- quien trajera el choclate a la empresa Cadbury por primera vez, en el siglo VII -; el poeta real Thomas Shadwell(1692) o Francis Thomas, director de la famosa fabrica de porcelana de Chelsea, abierta hasta 1769 y luego mudada a Derby .Los Beatles , Los Rolling Stones y Kylie Minogue fueron vecinos ilustres de Kings Road . Madonna, Cher y Michael Caine son clientes habituales de sus tiendas.
Sólo para exigentes
King´s Road fue una calle privada hasta 1830. Sólo la gente bien relacionada conseguía un pase para transitarla. Hoy, la gente bien relacionada compra en sus tiendas donde nada es imposible de conseguir, aunque los paseantes modernos solo quieran ver los cuarteles centrales de los más famosos equipos de fútbol de la región: el Chelsea y el Fulham, hoy ambos en el mismo barrio.
Su encanto actual reside en que tal vez ésta sea la única calle del mundo donde los diseños más vanguardistas se codean con los antigüedades más codiciadas. Tiendas de decoración modernas como Habitat, Heals y Bluebird, nacidos en Kings Road y con sucursales en todas partes- se mezclan con anticuarios que exhiben piezas únicas desde Sloan Square hasta Pimlico Road
Toda la zona pasó en los últimos años por el proceso de gentrification -aristocratización - , un término creado por la socióloga británica Ruth Glass en 1964 para explicar el proceso en el cual un barrio alternativo se ve invadido de artistas que lo ponen de moda hasta convertirlo en un sitio de vanguardia y tan caro que obliga a sus habitantes originales a mudarse a sitios más económicos
A fines de los 80´s, los góticos se mudaron Camden Town y los hippies a Notting Hill, quedando en King´s Road una floreciente elite chic de visitantes y vecinos que pueden darse todos los gustos y cenismo que se pueden dar todos los gustos, donde uno no solo sabe que compra lo más modernos del momento, sino que respiramos historia a cada paso. Algunos de sus comercios son instituciones con siglos de trayectoria como los mercados de antigüedades de King´s Road y los comercios de los nuevos creadores británicos de Sloane Street , junto con la alta joyería se concentra en Hatton Garden.
Una gran parte del barrio de Chelsea y de Knightsbridge es propiedad del octavo Conde Cadogan, Charles Gerald John Cadogan, un hombre que a los 69 años posee una de las mayores fortunas de Gran Bretaña, siendo la 216 persona más rica del mundo según la revista Forbes. Fue presidente del club de fútbol Chelsea en 1981, y es el dueño de la plaza Cadogan, para el uso de la cual cobra una membresía a los vecinos. Las propiedades en esta zona se cotizaron un 19% más entre 2005 y 2006, especialmente sobre Milner Street , por su cercanía con Cadogan Square.
Una milla de tentaciones
Desde Sloane Sq hacia el oeste, King´s Road es una sucesión de negocios para sucumbir a la tentación. En su nacimiento se destacan los fastuosos edificios del Royal Court Theatre y la tienda Peter Jones , creada en 1877 como una de los primeros edificios con frente de cristal y luz artificial.
A partir de ahí, se suceden una tras otras refinados comercios como la joyería Toiffaby & Co y las sofisticada boutiques masculinas Gieves & Hawkes y Bramford & Sons. Cruzando la Duke of York Square en Space NK Apothecary se encuentra la mayor variedad de productos de belleza importados de todo el mundo. En la misma cuadra nos deslumbran los escaparates de la joyería vanguardista Tateossian , que exporta belleza al resto del planeta . Le sigue la enorme tienda femenina Jigsaw , con su sucursal más aristocrática . En el número 33, en Ateseta , se encuentran las mas finas camisas de seda italiana , mientras que la elegante Kenneth Cole tiene los mas finos accesorios de moda para ambos sexos.
En la mitad del recorrido, lo que hoy es un Mc Donalds fue durante siglos la farmacia Chelsea, luego convertida en un pub, y luego sitio de la famosa boutique Sex, inaugurada por el productor del grupo de punk rock Sex Pistols , Malcolm McLaren junto a su esposa Vivienne Westwood .
Los más vanguardistas y glamorosos diseños de joyas se encuentran tanto en Folli Follie como en Mikel. Tanto en L'Occitane, como en Holland and Barrett están las mejores selecciones de productos naturales para salud y belleza, mientras que Lush se especializa en velas, esencias, perfumes y fragancias para ambientes. A pasos de allí L K Bennett despliega zapatos de diseño único, junto a la tradicional megatienda Marks and Spencer, cerca de The Pier, que muestra lo último en decoración del hogar.
Después de semejante deleite para la vista nada mejor que tomar una cerveza en The Chelsea Potter antes de admirarse con las antigüedades de Anticuary, el mercado donde 70 especialistas del vintage venden porcelanas, cristales y bronces de todas las épocas.
Los más clásicos quedarán hechizados con las propuestas de Jack Wills- la marca británica más aristocrática en ropa - , mientras que en Jaeger encontrarán ropa de estilo más moderno. Cruzando Flood St impactan la tienda de equipos de música de Bang & Olufsen, y los zapatos y carteras de Un Dimanche A Venise. Del otro lado de Manor Street se despliega la gigantesca juguetería Daisy and Tom. Además hay que dedicarle un rato a husmear joyas , accesorios y ropa vintage de marca en Steimberg & Tolkien , donde podemos encontrar auténticos Pucci, Dios, Balenciaga y hasta la famosa minifalda de Mary Quant, igualita a la que usaba Twiggy durante el Flower Power y al década Pop .
El paseo impone un descanso en el jardín cervecero de Henry J Beans, el mayor de Londres, antes de pasar por la Northcote Gallery o el Kings Road Gallery – una extensión de la original Art House en Hong Kong-, donde compran sus cuadros los famosos.
En el tramo luego de Paultons St vale la pena entrar a ver las colecciones de tarjetas de Paperchase, y en el que sigue al cruce con Beaufort St son imperdibles las trufas y los helados de Rococo Chocolates. Pero si después de pasar frente a centenares de vidrieras vistosas solo tenemos u rato para una cosa más, vale la pena entrar a Leyland SDM, la más elusiva casa de decoración, con un muestrario permanente de más de 10000 productos para el gusto de los que no se privan de nada y llevan una vida de reyes .
Pasaron los siglos y King´s Road sigue tan viva como cuando pasaba Carlos II de palacio a palacio. Robert Fraser, el galerista de arte moderno más pionero de todos, dijo en el numero de abril de 1966 de la revista Time que hizo historia : “ Londres tiene algo indefinible que hace que todo el mundo quiera venir aquí”. La nota se titulo “ Swinging London” y desde entonces los locos ´60 londioneneses se siguen recordando como ewl “ Swinging London” de Mary Quant, la minifalda, los Beatles , Twiggy y King´s Road, la más real de las calles, por realeza y realidad.
Carlos II: el caprichoso rey que le dio su nombre
Charles II propietario de King´s Road, reinó desde 1649, retomando la monarquía luego de que su padre fuera ajusticiado y reemplazado por una república comandada por Oliver Cromwell .Entre sus medidas originales, se recuerda la de nombrar George Downing - el constructor de la casa de 10 Downing St, morada de los primeros ministros - como tesorero real para que tener acceso a las cuentas del tesoro. En 1692 se casó con la princesa portuguesa Catarina de Braganza, quien aportó a la corona británica como dote los territorios de Bombay y Tánger. Esta muchachita portuguesa fue la responsable de que los británicos adoptaran su propia bebida favorita - el exótico té que los portugueses habían traído de la India- como la que luego fuera la más tradicional bebida inglesa.
Ligero con el dinero (por algo le decían Carlos el Alegre) el rey vendió las costas de Dunquerque a su primo el rey francés Louis IV por 40 mil libras esterlinas. En 1663 regaló a ocho nobles las tierras norteamericanas de Carolina – así llanadas en su honor - como agradecimiento por ayudarlo a recuperar el trono. Tres años después le tocó enfrentar la terrible plaga de peste bubónica que mató a 7000 personas por semana .En 1666 le tocó otro flagelo: Londres sufrió un incendio que consumió a casi 14.000 viviendas y 87 iglesias, incluida la Catedral de St Paul . Pero nada de eso le quitó entusiasmo, y mandó a su arquitecto de confianza, Christopher Wren a reconstruir la ciudad en un estilo renacentista que poco tenía que ver con el Tudor original. Dos años después vendió a Bombay por diez libras esterlinas. Tuvo decenas de hijos con damas de la corte, de los cuales solo reconoció a 14. Se sabe que tanto la fallecida Princesa de Gales, Lady Diana Spencer, como la Duquesa de Cornwall , Camilla Parker Bowles, son descendientes de hijos ilegítimos de Carlos II. Por lo tanto, el príncipe William será el primer descendiente de Carlos I en llegar al trono en tres siglos. En el Royal Hospital de Chelsea – mandado hacer por el rey para soldados en 1681-, a metros de King´s Road, se encuentra una estatua de Carlos II vestido como un senador romano: un estilo mucho más moderno y democrático que el que muestran sus retratos, con esos complejos jubones barrocos y las largas pelucas empolvadas tan en boga en su época.
Una calle protagonista
Londres logró pasar de ser la capital de imperio británico a convertirse en una ciudad llena de inmigrantes que se sienten como en casa, sin perder un ápice de sabor local. Aunque en la ciudad ya no se vea a nadie pasear con traje de Príncipe de Gales, paraguas y bombín, en ella conviven en total armonía hindúes, pakistaníes, tailandeses, sauditas y mexicanos, y aún conserva su impronta tradicional, que hace que uno sepa que no podría estar en ninguno otro lugar, sino en la ciudad del Big Ben , donde la banda militar toca canciones de los Beatles en el cambio de guardia.
¿Qué tiene Londres que no tenga otra ciudad? En primer lugar, es tremendamente verde, aun en pleno invierno. Hay parques y jardines a cada paso. Las calles son siempre arboladas y proliferan los puertos de flores. En segundo lugar, es una ciudad a escala humana: los edificios son accesibles, puertas y ventanas son pequeñas, y hasta los department stores (grandes galerías comerciales) tiene proporciones que invitan a recorrer cada rincón, sin abrumar al paseante con dimensiones faraónicas. En tercer lugar, Londres siempre huele bien. Desde los stews (guisos) del mediodía, pasando por los pastries del five o´clock tea, siempre hay un aroma tentador que nos invita a probar algo. En tercer lugar, a las siete de la tarde hay que entrar a un Pub a probar uno de los cientos de tipos de ales ( cervezas ) que relajan del ajetreo del día. Y además, en ninguna otra lugar del mundo hay una calle con tanto encanto y tanta historia como King´s Road, la calle más exclusiva de Chelsea, el barrio más fashion de la ciudad más cara del mundo.
The King´s Road siempre tuvo algún tipo de reputación especial que la distinguió del resto de Londres. La calle corre paralela al Támesis, desde Sloan Square ( a metros de Victoria Station , y a pasos del Palacio de Buckingham) hacia el sudoeste hasta World´s End - el Fin del Mundo- antes de convertirse en New King´s Road cuando el Putney Bridge . Debe su nombre a que era la carretera privada que usaba el rey Carlos II ( ver recuadro) , para ir del Palacio St James hasta el palacio de Hamptons Court- inaugurado por Enrique VIII- pasando por The Kew, o Reales Jardines Botánicos . El palacio St James fue residencia de los reyes hasta que un incendio en 1809 lo destruyó, por lo cual el rey George III debió mudarse a Buckingham House, mudanza que la reina Victoria oficializó en 1837 convirtiendo a Buckingham en Palace. Ahora, St James se usa solo para bodas y recepciones reales.
Con el paso de los siglos, King´s Road se hizo famosa por ser la columna vertebral de Chelsea, un barrio de rica historia. Su nombre viene del antiguo asentamiento sajón Cealchyoe, que significa “puerto de tiza”, elemento abundante en la región al que le debe Inglaterra su nombre latino de Albion , “ blanca” , ya que lo primero que se divisa al llegar a Inglaterra por mar son los blancos acantilados de Dover, ricos en piedra caliza (tiza).
Antiguamente en Chelsea había una mansión campestre adquirida por Enrique VIII en 1536. Allí vivieron dos de las esposas del rey, entre ellas la princesa Isabel ( quien luego seria Isabel I) . Otro vecino célebre fue San Tomás Moro- el único abogado mártir, proclamado santo patrono de los gobernantes y de los políticos en 2000. Una estatua recuerda al notable autor de la palabra Utopía, cuya valiente enfrentamiento con el totalitario Enrique VIII lo llevó a la historia…a costa de ser decapitado.
En el siglo VII, Chelsea empezó a llenarse de palacios cuyos dueños querían vivir cerca del rey. Sin embargo, al estar aún en las afueras de Londres se la consideraba como el “mercado jardín” de la ciudad. Recién en el siglo XIX la ciudad fue absorbida por la capital, y su calle principal perteneció a la burguesía. Con el tiempo fue invadida por artistas que le dieron un carácter bohemio a principios de nuestro siglo. King´s Road pasó a ser el barrio hippie en los ´60, eñ reducto punk en los 90 , la zona de los elegantes hipsters – artistas de vanguardia- luego, para ser hoy una calle con lo mejor de la moda europea. Siempre fue un barrio bohemio lleno de pintores, como J.M.W. Turner, James McNeill Whistler, William Holman Hunt y John Singer Sargent. Vivieron aquí escritores como Jonathan Swift George Meredith, Algernon Swinburne, Leigh Hunt, Virginia Woollf o Thomas Carlyle, cuya casa en 24 Cheyne Row data de 1708. La casa de la famosa actriz shakespeareana Ellen Berry está marcada con la típica placa azul que marca los sitios históricos. En el cementerio de la Vieja iglesia Todos los Santos en Chelsea yacen más vecinos prestigiosos como Sir Hans Sloane (1753)- quien trajera el choclate a la empresa Cadbury por primera vez, en el siglo VII -; el poeta real Thomas Shadwell(1692) o Francis Thomas, director de la famosa fabrica de porcelana de Chelsea, abierta hasta 1769 y luego mudada a Derby .Los Beatles , Los Rolling Stones y Kylie Minogue fueron vecinos ilustres de Kings Road . Madonna, Cher y Michael Caine son clientes habituales de sus tiendas.
Sólo para exigentes
King´s Road fue una calle privada hasta 1830. Sólo la gente bien relacionada conseguía un pase para transitarla. Hoy, la gente bien relacionada compra en sus tiendas donde nada es imposible de conseguir, aunque los paseantes modernos solo quieran ver los cuarteles centrales de los más famosos equipos de fútbol de la región: el Chelsea y el Fulham, hoy ambos en el mismo barrio.
Su encanto actual reside en que tal vez ésta sea la única calle del mundo donde los diseños más vanguardistas se codean con los antigüedades más codiciadas. Tiendas de decoración modernas como Habitat, Heals y Bluebird, nacidos en Kings Road y con sucursales en todas partes- se mezclan con anticuarios que exhiben piezas únicas desde Sloan Square hasta Pimlico Road
Toda la zona pasó en los últimos años por el proceso de gentrification -aristocratización - , un término creado por la socióloga británica Ruth Glass en 1964 para explicar el proceso en el cual un barrio alternativo se ve invadido de artistas que lo ponen de moda hasta convertirlo en un sitio de vanguardia y tan caro que obliga a sus habitantes originales a mudarse a sitios más económicos
A fines de los 80´s, los góticos se mudaron Camden Town y los hippies a Notting Hill, quedando en King´s Road una floreciente elite chic de visitantes y vecinos que pueden darse todos los gustos y cenismo que se pueden dar todos los gustos, donde uno no solo sabe que compra lo más modernos del momento, sino que respiramos historia a cada paso. Algunos de sus comercios son instituciones con siglos de trayectoria como los mercados de antigüedades de King´s Road y los comercios de los nuevos creadores británicos de Sloane Street , junto con la alta joyería se concentra en Hatton Garden.
Una gran parte del barrio de Chelsea y de Knightsbridge es propiedad del octavo Conde Cadogan, Charles Gerald John Cadogan, un hombre que a los 69 años posee una de las mayores fortunas de Gran Bretaña, siendo la 216 persona más rica del mundo según la revista Forbes. Fue presidente del club de fútbol Chelsea en 1981, y es el dueño de la plaza Cadogan, para el uso de la cual cobra una membresía a los vecinos. Las propiedades en esta zona se cotizaron un 19% más entre 2005 y 2006, especialmente sobre Milner Street , por su cercanía con Cadogan Square.
Una milla de tentaciones
Desde Sloane Sq hacia el oeste, King´s Road es una sucesión de negocios para sucumbir a la tentación. En su nacimiento se destacan los fastuosos edificios del Royal Court Theatre y la tienda Peter Jones , creada en 1877 como una de los primeros edificios con frente de cristal y luz artificial.
A partir de ahí, se suceden una tras otras refinados comercios como la joyería Toiffaby & Co y las sofisticada boutiques masculinas Gieves & Hawkes y Bramford & Sons. Cruzando la Duke of York Square en Space NK Apothecary se encuentra la mayor variedad de productos de belleza importados de todo el mundo. En la misma cuadra nos deslumbran los escaparates de la joyería vanguardista Tateossian , que exporta belleza al resto del planeta . Le sigue la enorme tienda femenina Jigsaw , con su sucursal más aristocrática . En el número 33, en Ateseta , se encuentran las mas finas camisas de seda italiana , mientras que la elegante Kenneth Cole tiene los mas finos accesorios de moda para ambos sexos.
En la mitad del recorrido, lo que hoy es un Mc Donalds fue durante siglos la farmacia Chelsea, luego convertida en un pub, y luego sitio de la famosa boutique Sex, inaugurada por el productor del grupo de punk rock Sex Pistols , Malcolm McLaren junto a su esposa Vivienne Westwood .
Los más vanguardistas y glamorosos diseños de joyas se encuentran tanto en Folli Follie como en Mikel. Tanto en L'Occitane, como en Holland and Barrett están las mejores selecciones de productos naturales para salud y belleza, mientras que Lush se especializa en velas, esencias, perfumes y fragancias para ambientes. A pasos de allí L K Bennett despliega zapatos de diseño único, junto a la tradicional megatienda Marks and Spencer, cerca de The Pier, que muestra lo último en decoración del hogar.
Después de semejante deleite para la vista nada mejor que tomar una cerveza en The Chelsea Potter antes de admirarse con las antigüedades de Anticuary, el mercado donde 70 especialistas del vintage venden porcelanas, cristales y bronces de todas las épocas.
Los más clásicos quedarán hechizados con las propuestas de Jack Wills- la marca británica más aristocrática en ropa - , mientras que en Jaeger encontrarán ropa de estilo más moderno. Cruzando Flood St impactan la tienda de equipos de música de Bang & Olufsen, y los zapatos y carteras de Un Dimanche A Venise. Del otro lado de Manor Street se despliega la gigantesca juguetería Daisy and Tom. Además hay que dedicarle un rato a husmear joyas , accesorios y ropa vintage de marca en Steimberg & Tolkien , donde podemos encontrar auténticos Pucci, Dios, Balenciaga y hasta la famosa minifalda de Mary Quant, igualita a la que usaba Twiggy durante el Flower Power y al década Pop .
El paseo impone un descanso en el jardín cervecero de Henry J Beans, el mayor de Londres, antes de pasar por la Northcote Gallery o el Kings Road Gallery – una extensión de la original Art House en Hong Kong-, donde compran sus cuadros los famosos.
En el tramo luego de Paultons St vale la pena entrar a ver las colecciones de tarjetas de Paperchase, y en el que sigue al cruce con Beaufort St son imperdibles las trufas y los helados de Rococo Chocolates. Pero si después de pasar frente a centenares de vidrieras vistosas solo tenemos u rato para una cosa más, vale la pena entrar a Leyland SDM, la más elusiva casa de decoración, con un muestrario permanente de más de 10000 productos para el gusto de los que no se privan de nada y llevan una vida de reyes .
Pasaron los siglos y King´s Road sigue tan viva como cuando pasaba Carlos II de palacio a palacio. Robert Fraser, el galerista de arte moderno más pionero de todos, dijo en el numero de abril de 1966 de la revista Time que hizo historia : “ Londres tiene algo indefinible que hace que todo el mundo quiera venir aquí”. La nota se titulo “ Swinging London” y desde entonces los locos ´60 londioneneses se siguen recordando como ewl “ Swinging London” de Mary Quant, la minifalda, los Beatles , Twiggy y King´s Road, la más real de las calles, por realeza y realidad.
Carlos II: el caprichoso rey que le dio su nombre
Charles II propietario de King´s Road, reinó desde 1649, retomando la monarquía luego de que su padre fuera ajusticiado y reemplazado por una república comandada por Oliver Cromwell .Entre sus medidas originales, se recuerda la de nombrar George Downing - el constructor de la casa de 10 Downing St, morada de los primeros ministros - como tesorero real para que tener acceso a las cuentas del tesoro. En 1692 se casó con la princesa portuguesa Catarina de Braganza, quien aportó a la corona británica como dote los territorios de Bombay y Tánger. Esta muchachita portuguesa fue la responsable de que los británicos adoptaran su propia bebida favorita - el exótico té que los portugueses habían traído de la India- como la que luego fuera la más tradicional bebida inglesa.
Ligero con el dinero (por algo le decían Carlos el Alegre) el rey vendió las costas de Dunquerque a su primo el rey francés Louis IV por 40 mil libras esterlinas. En 1663 regaló a ocho nobles las tierras norteamericanas de Carolina – así llanadas en su honor - como agradecimiento por ayudarlo a recuperar el trono. Tres años después le tocó enfrentar la terrible plaga de peste bubónica que mató a 7000 personas por semana .En 1666 le tocó otro flagelo: Londres sufrió un incendio que consumió a casi 14.000 viviendas y 87 iglesias, incluida la Catedral de St Paul . Pero nada de eso le quitó entusiasmo, y mandó a su arquitecto de confianza, Christopher Wren a reconstruir la ciudad en un estilo renacentista que poco tenía que ver con el Tudor original. Dos años después vendió a Bombay por diez libras esterlinas. Tuvo decenas de hijos con damas de la corte, de los cuales solo reconoció a 14. Se sabe que tanto la fallecida Princesa de Gales, Lady Diana Spencer, como la Duquesa de Cornwall , Camilla Parker Bowles, son descendientes de hijos ilegítimos de Carlos II. Por lo tanto, el príncipe William será el primer descendiente de Carlos I en llegar al trono en tres siglos. En el Royal Hospital de Chelsea – mandado hacer por el rey para soldados en 1681-, a metros de King´s Road, se encuentra una estatua de Carlos II vestido como un senador romano: un estilo mucho más moderno y democrático que el que muestran sus retratos, con esos complejos jubones barrocos y las largas pelucas empolvadas tan en boga en su época.
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